domingo, 27 de mayo de 2012

NON CAPISCO NIENTE

A veces uno comprende que no comprende nada. Entiende que no entiende. Uno de esos casos es el de las barras bravas en el fútbol.
¿Que siempre las hubo? Creo que sí, por lo menos existen hace unos cuantos años.
No puedo dejar de recordar que cuando yo era muy chico (unos 3 ó 4 años), un abuelo postizo que tenía, nos llevaba a ver los partidos de San Lorenzo.
Vivíamos a la vuelta del viejo gasómetro de Av. La Plata. 
Apenas comenzaba el segundo tiempo, se abrían las puertas del estadio para que pudieran salir todos los que quisieran. Ese era el momento que aprovechaba nuestro "abuelo" para entrar por la puerta de la calle Salcedo (nosotros vivíamos en Treinta y tres Orientales). Nos acomodábamos tranquilos en los gruesos tablones de madera y nadie nos molestaba ni veíamos que nadie se peleara. 
El viejo estadio de madera
Estamos hablando de 1948 ó 1949.
En la década del '50, ya adolescente, iba a ese estadio con mi hermano y nos colocábamos en las esquinas de la cabecera de la tribuna local. Los más violentos se ubicaban en el centro de esas mismas cabeceras.
En los '60 iba a la cancha de Boca, a la de River y a varias otras, acompañando a amigos que hinchaban por esos equipos. Yo me sentaba con ellos sin tener problemas por ser simpatizante de San Lorenzo.
¿Otra vez nos vamos a la B?
Ya en el año 1981, se me ocurrió que, aunque a mis hijos nos les gustaba mucho el fútbol, no podían perder su infancia sin que su padre alguna vez los llevara a la cancha. Así que, en octubre de ese año, me fui a la cancha de Ferro (porque el gasómetro ya no existía) con Fernando (7 años) y Diego (9 años). San Lorenzo estaba por irse al descenso y jugaba contra Boca en donde Maradona jugaba sus últimos partidos en la Argentina.
En la tribuna (lateral de cabecera) una mujer de más de 50 años, razonaba con hinchas enojados por la mala campaña del equipo: "¿Tenemos que ir a ver al ciclón los sábados en la B? Iremos los sábados. Yo sigo siendo de San Lorenzo". Resignación que deberían adoptar todos los hinchas, aceptando que no es la muerte de nadie perder un campeonato.
El final no fue tan pacífico porque, aunque el partido terminó 0 a 0, cuando íbamos caminando pacíficamente a la estación de Caballito, en la vía nos esperaban los hinchas de Boca que nos corrieron con piedras del balasto. Como Fernando era muy chico y no podía correr a la velocidad de todos, lo arrastramos con Diego hasta un zaguán y allí nos quedamos mientras "la doce" pasaba persiguiendo a los otros que huían.
Un año después, también en octubre, San Lorenzo tenía posibilidades de consagrarse campeón de la B frente a Deportivo Español y así volver a ascender.
El San Lorenzo de 1982
Decidí que el percance sufrido el año anterior fue una casualidad, por lo que fuimos los tres a la cancha de Boca, donde Español jugaba de local.
El partido también terminó 0 a 0, pero algunos hinchas decidieron quemar la bombonera y comenzaron a encender papeles que cada vez eran más y el viento los llevaba a toda la tribuna visitante hasta que los bomberos nos salvaron del incendio con sus mangueras (con el agua de la mangueras, claro). San Lorenzo ascendió recién en el partido siguiente, pero nosotros no fuimos porque allí dí por terminada la etapa padre-hijos-fútbol. Nunca más fui a una cancha.
La violencia se fue incrementando y las peleas entre las barras bravas de los equipos rivales se hicieron habituales, cobrando cada tanto alguna víctima mortal.
Ahora la cosa cambió radicalmente. Las hinchadas rivales ya no se pelean. "¡Qué bueno!" - dirá algún incauto.
Ahora las peleas son: La barra contra los jugadores de su propio club, las barras contra los dirigentes de su propio club y la barra contra la barra. El ciclón, a punto de caer nuevamente a la B, sufrió varios de esos aprietes. 
Después de que el presidente de Independiente, lanzara una campaña contra los barras, fue amenazado, así como su vicepresidente (que renunció)
El 24 de mayo aparece publicada esta noticia:
Frankenstein-Bebote
Anoche, en Avellaneda, se produjo un hecho un tanto insólito. Bajo el lema "Las banderas o la guerra", los barras de Independiente se congregaron frente a la sede del club en avenida Mitre. "Queremos paz", dijo a los medios uno de ellos con una máscara de Frankenstein. Ese era Pablo Bebote Alvarez, según reconoció esta mañana su abogada, Débora Hambo. Al parecer el pedido de las banderas surtió efecto. En su cuenta de Facebook , Bebote escribió que la comisión directiva de Independiente les devolvió las banderas que ellos reclamaban y que estaban en la comisaría de Avellaneda. "Quiero agradecer la decisión de devolver las banderas de la comisión directiva. Ahora tenemos que alentar al equipo y dejar de pelearnos entre nosotros por el bien del club", publicó Bebote. "No queremos entradas, micros ,ni plata, seremos menos, seremos más, pero al Rojo lo vamos alentar", siguió y concluyó: "El domingo vuelve la fiesta en Independiente y que vuelva la paz".

Y eso ocurre en todos los clubes, cualquiera sea su potencial o en cualquiera de las categorías en que jueguen.
No nos extrañe que esos violento tengan abogado y se "promocionen" por facebook. Si hasta tienen su propia página: "Barras bravas. net", que dice ser "El portal de las barras bravas latinoamericanas".


Repito: yo no entiendo ¿Y vos?

martes, 22 de mayo de 2012

MOVISTAR

Hace unos días el gobierno aplicó una sanción a Movistar por unas horas en que se interrumpió el servicio.
El monto, sumadas las indemnizaciones y la multa, hacen unos 185 millones de pesos, cifra a la que se la llama "ejemplificadora", pero que para la empresa debe significar el 0,0(poné los ceros que quieras)01 por ciento de lo que gana.
Está bien que se aplique esa multa, lo que está mal es que no se haga lo mismo a otras empresas de servicios que tampoco cumplen.
Pero además me gustaría que multaran a Movistar por una actitud del todo reñida con la ética comercial.
A los que utilizan el sistema prepago, se le corta el crédito a los 30 días de cargado, aunque no lo haya usado (eso si se cargó 30 pesos, si se carga 20 dura 20 días y 10 si se carga 10 pesos). Es cierto, ese crédito que le queda al usuario a favor, se le devuelve en cuanto hace otra carga. Parece lógico pero ¿Nos parecería tan lógico que el chino del supermercado, pasados 30 días viniera a llevarse el azúcar que nos sobró del paquete que le compramos?
- Cuando me compres otro paquete te devuelvo éste.- nos diría.
Yo no gasto más de 20 pesos por mes en el celular. Este mes tenía creo que unos 12 pesos de saldo, que el chino me llevó el día 2. Esta vez decidí multar a Movistar. Durante todo el mes sólo podré  recibir llamadas y no enviar, porque no pienso cargar ni un solo peso hasta junio.
Parece  insignificante pero yo siento que soy dueño de mi destino, porque hasta ahora pude sobrevivir sin celular y creo que llegaré vivo a fin de mes.  ¿Y si todos hiciéramos lo mismo?
También quizás me cambie de empresa (aunque todas deben ser más o menos igual)

sábado, 19 de mayo de 2012

PIEDBATI EN LA AZENINON

Modestamente yo, autor de este humilde blog, además de escritor, soy inventor. Hace poco más de 30 años, cansado de la gente que viene a importunar con pavadas cuando uno está sumamente ocupado, inventé el Multitelepatadoculómetro®.
 El modelo definitivo quedó concluido luego de progresivos mejoramientos del invento original, al que llamé Patadaculor.
Cuando venía alguno de esos inoportunos, me bastaba con apretar un botón disimulado debajo del banco de trabajo de mi taller, para que un invisible pie se estrellara en sus posaderas. A las dos o tres apretadas de botón sin que el impertinente se percatara qué le pasaba, comenzaba a creer en dolorosas hemorroides sorpresivas, en calambres glúteos o en cáncer de colon y huía lloroso.
Utilizando mis escasos conocimientos de electrónica, logré incorporar al aparato un teclado alfanumérico con el que regulaba la potencia de la patada y un display que marcaba su intensidad. Por esa condición de poder medir, lo rebauticé como Patadaculómetro
Los inoportunos dejaron de venir y el aparato se hizo un tanto inútil, hasta que noté que las ganas de patear no se daban solamente en cuerpos presentes, sino también en seres que poblaban la radio que me hacía compañía. 
Así que mejoré el invento para que pudiera patear a distancia. 
¿Maradona no era incluido en la selección del mundial? Apretaba el botón y… patada en el culo para Menotti. 
¿El discurso del presidente de turno interrumpía los tangos de “La noche con amigos”? Patada en el culo para Videla (con el máximo de potencia). 
Cuando descubrí que el dedo de apretar el botón se me estaba encalleciendo, el Telepatadaculómetro, como se llamó, tuvo una última modificación que le dio su nombre definitivo. Digitando el nombre de un grupo, cada uno de sus integrantes recibía su merecida patada. Si escribía, por ejemplo, “abogados”, se sacudían desde Carina Irale hasta Cúleo Rivarola. 
Entonces me di cuenta que el Multitelepatadaculómetro®, tenía un poder limitado y que la potencia de la patada era inversamente proporcional a la cantidad de pateados (theorema asinum) 
Para comprobarlo puse “China”. Sólo recibieron su patada 328.461.957 chinos, que por entonces sería el 30% de su población. La potencia de cada una, fue al equivalente a una mosca posada en las nalgas. ¡Ni se deben haber dado cuenta! Y quizás Deng Xiaoping, ni siquiera recibió la suya, porque murió recién en 1997 y de Parkinson, no de cáncer de colon. Con el agravante de que tal vez también la ligó China Zorrilla. 
Al aparato lo desarmé porque, cuando mis hijos quedaban solos en el taller, yo sentía algo así como dolorosas hemorroides o inexplicables calambres glúteos.


martes, 15 de mayo de 2012

IDEALEM DOMUM

El filósofo inglés John Walter Bridges, en 1892 logró construir una casa constituida exclusivamente por ideas. Después de varios intentos frustrados, descubrió que el axioma era el material indicado para los cimientos. Previamente había ensayado con sofismas pero no resistieron el peso de las paredes; luego colocó sentencias bíblicas, pero ateos y agnósticos que había entre los albañiles, boicotearon la construcción. 

Una vez sentadas las bases, utilizó como ladrillos al sentido común. Como techo colocó los corolarios de los dos teoremas de Thales, ya que, por tratarse de triángulos, daban no sólo la forma y proporción adecuadas, sino también la estética imprescindible. 

Las ventanas eran eclécticas. Para las del sur utilizó material epistemológico de Kant y Leibniz; en las del sur colocó refutaciones de Voltaire y de Arnauld. Con ese ingenioso procedimiento logró una adecuada circulación de ideas. La puerta era la piedra pateada por el Dr Johnson que en realidad no era más que un ente de razón creado por Berkeley. 
 Cuando se concluyó la obra, fue a su casa para cambiarse la ropa que había quedado manchada por unas piedras que Galileo le tiró desde Pisa. 
Bridges murió en 1940, tratando de volver a encontrar su construcción. ¡Una lástima!


Nota: En la ilustración se puede ver un boceto incompleto de los planos. Aunque algo borrado por el tiempo, en los cimientos aparece un axioma del cálculo proposicional. Se indica la piedra de Berkeley con la famosa frase de Samuel Johnson. En el techo aparece la demostración del segundo corolario de Thales. Hay una sola ventana, armada con la Crítica de la Razón Pura.

sábado, 12 de mayo de 2012

ZEITERSPARNIS

El relojero suizo Leonhard Schild trató de solucionar el defecto que tenían todos los relojes de la época. Notó que era imposible evitar las filtraciones y que el tiempo que se perdía era mayor que el que realmente se utilizaba.
 En 1934 logró diseñar un reloj de bolsillo con una caja un poco más grande que la común que, además de una maquinaria de primera calidad, contenía un ingenioso dispositivo que permitía contener el tiempo que no se utilizaba y lo guardaba como reserva.
El inventor fue el primero (y único) en aprovechar las virtudes de este aparato. Lamentablemente también fue su víctima.
Por ser un reconocido técnico del grupo relojero SSIH, debía viajar continuamente desde Ginebra, donde residía, hasta los diferentes cantones donde se establecían las empresas dependientes del grupo.
Si bien los trenes suizos tuvieron siempre una alta sofisticación, no se podían evitar las demoras, especialmente por cuestiones climáticas.
 En estos casos, Schild se sentaba en un banco de la estación, apretaba un botón de su reloj y todo el tiempo que hubiera perdido en la espera, se guardaba para cuando hiciera falta. Como ya conocía todo el paisaje, el tiempo perdido en el viaje también lo guardaba, excepto algunos minutos que utilizaba en el almuerzo, en trabar relación con alguna hermosa pasajera o en recorrer las páginas de Le Temps.
De esa forma logró cumplir con compromisos casi simultáneos, aunque no logró la ubicuidad que buscaba (ni siquiera una adecuada la bilocación)
Le faltó un detalle a su aparato: un timmer que permitiera detener automáticamente el ahorro de tiempo. Distraído como la mayoría de los científicos, el bueno de Leonhard olvidaba apretar el botón cuando decidía utilizar él mismo su tiempo. Así que el ahorrador seguía su marcha pero, como el tiempo presente estaba ocupado, conservaba el tiempo que le quedaba de vida al inventor.
Murió de viejo a los 30 años, con su reloj desbordante de reservas.

Nota: La ilustración no pertenece al invento de Schild, del que no se conservan fotos.

jueves, 10 de mayo de 2012

CALOI



Nos ha dejado otro grande. Como nos dejaron Fontanarrosa, María Elena Walsh, Facundo Cabral y otros tan nuestros que no parecían tan genios. 
Cuando muere un ser querido nos nace una tristeza y cuando muere un dios muere todo su mundo. 
Murió el dios de Clemente, pero su mundo no ha desaparecido. Bartolo, la mulatona, el hincha de Camerún,… se fueron en el tranvía volador. 
Desde arriba nos tiran miles de papelitos para que bronque Murioz y para que sigamos volando, soñando, pensando, riendo. 
Porque en cada uno de esos papelitos hay una tira de Caloi. 
                Gracias para siempre.

jueves, 3 de mayo de 2012

ECOLOGISTAS

No entiendo bien a los ecologistas a ultranza. 
No me refiero a quienes tratan de ahorrar recursos naturales o defienden la no contaminación ambiental, sino a los fundamentalistas de la ecología. 
Esos que luchan, por ejemplo, contra la caza de la ballena, porque suponen que si la ballena desaparece desapareceremos todos, por un fatalismo del equilibrio natural. 
Todas las especies, vegetales y animales, tienen un destino efímero. Desaparecieron los pterodáctilos y los dinosaurios como desaparecerán las ballenas y los perros. Todo es cuestión de tiempo. 
Cuando decimos esto, se nos dice que la naturaleza equilibra las cosas y a una especie sucede otra. Es decir, si tiene que desaparecer una especie, aparece otra que la elimina y listo. 
Claro que esos cambios tardan siglos o milenios. 
Siguiendo ese razonamiento, podríamos inferir que, siendo la ballena un animal inviable por su tamaño, la naturaleza ha decidido eliminarla. Entonces creó al hombre para que se ocupe de esa sucia tarea. Como toda evolución, esta eliminación llevó su tiempo. Desde la aparición del homo sapiens sapiens, pasaron unos 200.000 años. 
No sé si es mucho o es poco para la naturaleza, pero, siendo sabia como es, debe haber creado al hombre con la aceleración justa y necesaria. Si el hombre elimina a las ballenas es por un mandato natural que los ecologistas deberían respetar. 
En realidad me importa poco que las ballenas desaparezcan o que los ecologistas las defiendan. Lo que temo es que, una vez que hayan desaparecido la ballena, el panda y el cocodrilo del Nilo, se dediquen a defender las cucarachas, las ratas y los mosquitos. ¡El equilibrio es el equilibrio!

miércoles, 2 de mayo de 2012

UNILATERAL

En cualquier relación de amor, sea fraternal, paternal, filial, de amistad o de pareja, se soporta todo en aras de ese amor.
Lo que se hace difícil es soportar la mentira, las verdades a medias o las omisiones. No importa si se producen por bien y por mal.
Terminan estallando y deshaciéndonos.
El amor es como la correspondencia, muere si no tiene retorno.