Si uno quiere cobrar algo en cualquier lugar, debe hace cola (no sé si es en todos lados de habla castellana, pero en Argentina llamamos “cola” a la fila de personas que aguardan para algún fin).
También debe hacerla si lo que quiere es que un servicio médico lo atienda…o anotarse en algún registro… o sacar documentos… o hacer apuestas… o comprar pasajes (a cualquier parte)… o entradas (para el teatro, un recital, un partido, etc.)… o enviar una carta…
Cualquier persona sensata pensaría que el que quiere pagar tendrá un acceso rápido a la ventanilla ¡Pues no! Deberá hacer la correspondiente cola, aunque busque ir directamente a la entidad que reclama el pago, al banco, a “Pago fácil” o a “Rapipago” (estas dos últimas, tentadoras por sus mentirosos nombres)
¿Qué nos pasa? ¿Hemos colapsado como sociedad? ¿Las ciudades ya no soportan a sus habitantes? ¿Una curiosa conspiración ha organizado un método para desalentar nuestro espíritu gregario? ¿O la conspiración está inspirada por organizaciones ácratas que se creían extinguidas?
Creo que ha llegado el momento para que los sociólogos comiencen un estudio serio sobre el asunto. O que surja alguien (o “álguienes”) que lo solucione.
viernes, 22 de octubre de 2010
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