–¡Quedate quieto! ¡No hagas eso! – le dice la mamá, al nene que se
empeña en romper en pedacitos una de las viejas revistas y desparramarla por
el piso del consultorio.
Como el nene persiste en su actitud sin hacerle el mínimo caso, la madre
le díce cariñosamente, mirándome con una mirada de complicidad:
–No hagas eso porque el señor te va a retar. Mirá al señor…
– No.– contesto impasible – yo no te voy a retar. Quien te debe retar es
tu mamá, pero no se anima.