Se acaba de conocer hoy, que el Nobel de Literatura de este año ha sido otorgado a Bob Dylan, “por haber creado nuevas expresiones poéticas dentro de la gran tradición de la canción estadounidense”.
En base a esos motivos, la academia sueca ya no sólo nos ha quedado debiendo el Nobel para Borges. Ahora debemos reprocharle también, que no lo haya obtenido nuestra gran María Elena Walsh.
jueves, 13 de octubre de 2016
martes, 22 de septiembre de 2015
¡QUÉ LINDO SERÍA!
Qué
lindo sería volver diez o quince años atrás, aunque sea por diez minutos.
Y
allí hacer una profecía:
“Un papa argentino será recibido por
un presidente norteamericano negro”
Desde
entonces seremos tenidos por locos, quizás encerrados…
…hasta
hoy
lunes, 20 de julio de 2015
DÍA DEL AMIGO
Hoy
es 20 de julio. La fecha “me sonaba”. Hasta que recordé: Hoy es el “día del amigo”. ¿Lo es? Porque no lo vi
precedido por grandes publicidades, como otros años. Hoy mismo, no lo vi en los principales portales de
noticias ¿Entonces?
Busqué
en internet y descubrí que las Naciones Unidas recomienda celebrar ese día el
30 de julio, coincidiendo con una fecha instituida en Paraguay allá por los 50.
No
obstante ello, en Argentina, Uruguay y Brasil lo conmemoramos el 20 (¡¡HOY!!),
recordando la llegada del hombre a la luna. Mejor dicho, la actitud de unidad
mundial ese día de 1969, frente a los televisores.
Recuerdo
que lo vimos en la que era casa de Laura (éramos solteros) con algunos amigos.
No recuerdo quienes, sólo me acuerdo de Jorge K, que temía que a los
astronautas se los tragara la tierra (mejor dicho, la luna) Inútil fue
explicarle que antes de ese alunizaje, la luna ya había sido explorada.
Desde
entonces algunos sostienen que todo aquello fue un montaje. Como a Jorge, me
dedico a explicarles a los descreídos, que si el viaje hubiera sido falso, los
rusos, que desde el Sputnik, venían superando ampliamente a los norteamericanos
en la carrera espacial, hubieran saltado enseguida denunciando la patraña.
¿Lo dudás? |
“¿Y si no sabían? ¿Si ellos también fueron
engañados?”, me preguntan algunos. Les contesto que sólo basta ubicarse en la época, en plena guerra fría y recordar que
ambos países estaban mutuamente plagados de espías, contraespías y dobles espías.
Hubiera sido imposible el engaño.
“¿Y por qué no volvieron más?”, insisten
los escépticos. Mi respuesta es categórica: ¡¡¿Y-yo-qué-sé?!!
Así
y todo, los incrédulos van desde mi abuela (comprensible en una persona nacida
en el siglo XIX) hasta uno de mis hijos.
Pero
en realidad, no importa si llegaron o no a la luna. Lo que importa es que ese
día vivimos unidos a una imagen (o a un sonido los que lo tenían tele, que por
entonces eran muchos). Una meta común para el ser humano.
Dejemos
entonces otras fechas y usemos las que tenemos aquí, para saludar a nuestros
amigos.
Y
aquí el escéptico soy yo. ¿Quiénes son nuestros amigos? ¿Los que comparten
nuestro muro? En tal caso yo no tengo amigos, porque no tengo Face.
No
tengo ganas de definir qué es un amigo/a, esencialmente porque no lo sé. Pero
mis amigos/as lo saben.
Esto nadie lo duda |
viernes, 9 de enero de 2015
RESUMEN
sic et ego habui menses vacuos
et noctes laboriosas enumeravi mihi.
Liber Job, 7,3
Como ya hace mucho cerré mi
faceboock, no espero la caprichosa selección del año que la empresa hizo a su
usuarios en el fin de 2014.
Tampoco la voy a hacer yo mismo.
Pero tengo que decir que este año,
como dice Job en la cita del comienzo, “así
me han tocado en herencia meses vacíos, me han sido asignadas noches de dolor”.
Tengo que confesar que sólo tuve
conciencia de esta realidad, después de leer la columna de Pepe Elíaschev titulada
“Caerse”, que ahora transcribo:
“¿Sigo siendo, acaso, el mismo hombre inquieto que hasta entrar al quirófano, el 19 de mayo, sentía delicia profunda en su curiosidad insaciable por todo y por todos? Presumo que ya no. (...) Pero lo cierto es que enfermarse significa también una sanación posible, palabra que conocía, pero a la que yo no le daba mayor relieve.”
Yo tuve la sanación, él no.
Pero es cierto que después de haber
golpeado las puertas de san Pedro, uno mira la vida de otro modo.
Desde el 3 de enero en que fui
internado, 2014 estuvo signado por tratamientos y estudios que me fueron
causando diversas reacciones. Al finalizar diciembre cumplí mis 70 años pleno
de vida y de alegría.
Ahora sólo espero que en estos
primeros meses del 2015, con mi septuagenaridad recién inaugurada, la última operación me largue de nuevo a la
vida “normal”.
Mi fe sigue inquebrantable, como la
de Job.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
RECUERDOS DE UN CHIQUITO
En realidad se
trataba de dos chiquitos. Uno era
yo, cuando me faltaban un mes y un día para cumplir diez años. El otro era un
gran chiquito.
Uno de los chicos |
Era el día 26 de
noviembre de 1954. A
los 28 años, el boxeador mendocino Pascual Pérez, que medía 1,52 m y pesaba 48 Kg , se enfrentó en Japón
con el campeón mundial de peso mosca,Yoshio Shirai. De ese día, hoy se cumplen
60 años.
Ganó la
oportunidad de pelear por el título, gracias al empate que unos meses antes había
obtenido contra Yoshio el el Luna Park de Buenos Aires. (recuerdo haber
escuchado esa pelea –tele no teníamos– que se resumía en: “Pega Pascualito,
traba Yoshio… Pega Pascualito, traba Yoshio…” y así.)
Eso es lo que más
o menos dicen todas las crónicas.
Yo tengo otros
recuerdos.
El combate por el
título se realizó en Tokio a las 8:00 de la mañana de nuestro país. A esa hora
yo estaba en tercer grado de la escuela Nº 7 de La Reja (Aún no se llamaba “Antártida
Argentina”) y aprovechábamos las oportunas “distracciones” de la maestra,
Susana Saint Pierre, para corrernos hasta la casa de la portera, que vivía al
fondo de la escuela, y escuchar la radio a través de la puerta.
El gran "chico" |
Cuando terminó la
pelea, los emisarios fueron llevando la noticia a sus respectivas aulas. Un
rato más tarde apareció por los grados la directora: “¡Ganó Pascualito!”. Y
entonces pudimos dar rienda suelta a nuestra euforia. Toda la escuela daba
muestras de lo que había sido el triunfo para nuestro país.
A partir de allí
Pascualito se transformó en nuestro héroe, siguiendo su carrera en transmisiones
radiales donde se escuchaban más los ruidos que los relatores.
Cuando ganó al
español Young Martin, era tal mi alegría que, dejando de lado la rígida
disciplina de entonces, le grité a mi
abuelo en tono de burla: “’Le ganamos al gallego, abuelo!” . A lo me contestó
cabrero: “¡Que no es gallego, coño, es madrileño! Y tú no le has ganao a nadie”.
Seis años más
tarde, el imbatible héroe perdió su título con Pone Kingpetch, un tailandés con más altura, más
alcance de brazos y menos años.
Después debimos
acostumbrarnos a la derrota hasta que se retiró. “Es por la tristeza que le
produjo el abandono de su mujer”, decían los mayores.
Mi recuerdo
de Pascual Pérez no termina allí. Una vez lo vi “en persona” comiendo con el “mono”
Gatica en el restaurante Mayo de Frutos, a 3 cuadras de casa. Hablaban de
boxeo, según expresaban los gestos que veíamos a través del vidrio contra el
que aplastábamos la ñata. Quizás lo soñé.
Pascualito
murió a los cincuenta años.
Mi recuerdo
perdura. Acaso porque él era chiquito, como yo, pero más grande.
domingo, 12 de octubre de 2014
DELEGACIÓN DEL PODER
–¡Quedate quieto! ¡No hagas eso! – le dice la mamá, al nene que se
empeña en romper en pedacitos una de las viejas revistas y desparramarla por
el piso del consultorio.
Como el nene persiste en su actitud sin hacerle el mínimo caso, la madre
le díce cariñosamente, mirándome con una mirada de complicidad:
–No hagas eso porque el señor te va a retar. Mirá al señor…
– No.– contesto impasible – yo no te voy a retar. Quien te debe retar es
tu mamá, pero no se anima.
lunes, 3 de marzo de 2014
DESMENTIDA
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