martes, 4 de marzo de 2008

¿Temor o Amor?

Amor – Temor: un tema religioso.

Cuando éramos chicos… (por lo menos cuando YO era chico)… la consigna que tenían nuestros mayores para que nos portáramos bien, era: “…porque si no, Dios te va a castigar”. No eran distintos los argumentos que daban las catequistas (¿Había “catequistos” por aquel tiempo?). Sin cesar nos amenazaban con el fuego eterno del infierno o, al menos, con siglos de purgatorio.

No era extraño entonces, que cuando nos aproximamos a la lectura de la Biblia, al leer “temor de Dios”, no podíamos menos que recordar ese “infierno tan temido”.

La contradicción surgía cuando leíamos en el Nuevo Testamento que “Dios es amor” o “…¿quién de ustedes dará a su hijo una piedra cuando le pida un pan?”. Porque si Dios es bueno ¿Por qué tenerle miedo?

Y se me ocurrió algo más lógico:

Si Dios es amor, sólo depende de nosotros la forma en que lo recibimos. Dios nos ama, aunque nosotros no, ya que ese Amor no es moneda de cambio. A medida que comenzamos a amarlo, es cuando comenzamos a temer ofenderlo.

Es como cuando tememos ofender a un amigo entrañable, aunque sepamos que él nos va a seguir amando igual.

En esta época del New Age, donde el centro del universo soy yo, podemos decir que yo no voy a cambiar a Dios, sino que Él, con su amor, me va a cambiar a mí.

Y yo, con mi amor a Dios, me voy a transformar a mí mismo. Es la metanoia que se nos pide.

Falta un pasito para que eso sea cristianismo: con mi amor a los demás, voy a lograr que la metanoia alcance al mundo.

Es mi fe.

domingo, 2 de marzo de 2008

El saludo

Cada vez que entramos a un comercio acostumbramos a saludar. Pero pueden existir algunas variantes:
1.- Que el dueño del negocio (o despachante) no se encuentre en ese momento en el mostrador, probablemente porque fue a buscar alguna mercadería al fondo. Entonces solemos guardarnos el saludo hasta que éste aparezca (aunque haya en el local otros clientes). ¿Es que nuestro saludo lo destinamos sólo a los poderosos? (en este caso es el que tiene el poder en el negocio)
2.- Si, dado el caso anterior, saludamos a los presentes, lo más probable es que ninguno nos conteste y si alguno lo hace, será mirándonos por sobre el hombro con un "mmmsdiammm".
3.- Cuando regresa el despachante, es muy difícil que nos salude.

De todas maneras creo que estamos concientes que el saludo es algo imprescindible en las normas de convivencia, y que si no saludamos o no nos saludan, "poralgoserá". Entonces me pregunto:
¿Por qué, cuando subimos al colectivo, no saludamos al chofer?