lunes, 11 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL

“Dios ha puesto la dicha en lo simple y ese es el camino a la felicidad.” F.C.

Lo mataron. Como a Facundo. Como a Cabral. Pero no fue Santos Pérez ni un español en la batalla.
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En los años sesenta, no sé si en una charla con Guerrero Marthineitz o con Antonio Carrizo, “paré la oreja” al escuchar a un joven barbudo que había sido “el Indio Gasparino”. Mezclaba a Dios con la filosofía de su madre y al camino de Abraham con su propio camino.
No digo que desde entonces fui su seguidor. Fue siempre un hombre enigmático que desaparecía y volvía a aparecer, cada vez con más sabiduría.

“Vuele bajo, porque abajo está la verdad”
Fue vagabundo, alcohólico, analfabeto, preso, prófugo… pero, por sobre todas las cosas, siguió siendo el niño que fugó de su casa a los nueve años. Como si se cantara a si mismo su canción:

“No crezca mi niño, no crezca jamás, los grandes al mundo le hacen mucho mal.”
Su prosa era una continuidad de sus canciones. Escribía “por milonga”, como Atahualpa, como Borges y, como ellos, decía mucho.
Su búsqueda de Dios era constante, aunque vivía en sus palabras. Contaba pasajes de la Biblia, no como una historia pasada, sino como algo que está ocurriendo ahora o como si se tratara de su propia historia.
Quizás anhelara encontrarse cara a cara con Dios, no con los efectos de Dios.

“Esta es la cosa más triste
que nos podía pasar,
saber que está con nosotros
y no saber dónde está.”
Lo escuchamos decir que la madre Teresa de Calcuta dijo una vez “Facundo no es un artista, es un testigo”.
¿Qué fue Facundo Cabral? ¿Un testigo? ¿Un cantante? ¿Un profeta? ¿O todo eso junto?
Dicen que salió de Argentina y llegó muy lejos:

“y sólo el que va muy lejos puede encontrar su destino”
Dicen que lo mataron pero no sabemos por qué, ni quién fue.

“El diablo se levanta muy temprano”
Dicen que su crimen fue un error, pero Rigoberta Menchú lo califica de magnicidio y Alberto Cortez sugiere que a algunos les molestan los místicos como Cabral.

“Perdoname Señor
pero yo me iré contigo
por tus montañas
tus mares y tus ríos”
Dicen que para un caminante sin “edad ni porvenir”, la muerte no es más que un descanso en el camino.

“En una eternidad siempre se puede empezar de nuevo”
Dicen que Dios, cuando lo acogió en su seno, le cantó su primera canción:

“Sigue siendo niño y en paz dormirás”

NB: Los entrecomillados pertenecen a letras de canciones de Cabral

4 comentarios:

Anónimo dijo...

es realmente exelente tu comentario ernesto, yo no podria hacerlo mejor. gracias,a mi me sirvió mucho su historia,¿¡cuantos facundos leerán esto!?
irene f. gerez san miguel Bs. As.
11-07-2011.-

Anónimo dijo...

"No crezcas mi niño, no crezca jamas, LOS GRANDES AL MUNDO LE HACEN MUCHO MAL" que fuerte y todo
muy buena reseña h.

Cortazariana dijo...

Me mataste, pero en el buen sentido, me encanto. Clap, Clap.

Ernesto dijo...

Irene: Ya lo hablamos por teléfono.
Anónimo: A veces solamente con repetir una de sus frases, ya tenemos un elogio del artista. Gracias!
Cortazariana: Tu comentario tardío me trae a la vida. Me doy cuenta que hace ya dos meses que no escribo en este blog. Gracias!! Algún día nos conoceremos personalmente en algún encuentro de catequistas…