sábado, 28 de junio de 2008

LAS CONTRADICCIONES SON MUCHAS.

Uno mismo también es contradictorio. Y no hay que buscar mucho para encontrarlas. Y si no miremos esto de armar un blog y no “llenarlo”. Sin embargo escribí algunas cosas pero, para seguir siendo contradictorio, no las publiqué. Lo hago ahora, aunque las noticias que menciono ya no están en los medios. Ahí va. Por si a alguien le interesa lo escribí el 19 de marzo.


Para el escritor, el mayor de los problemas que enfrenta es el de encontrar el tema, ya se trate de una obra de teatro, un ensayo o una novela.
Me parece que con el tema que elegí para mi blog, encontré la solución. Aunque quizás haya pecado de exagerado. ¡Es que las contradicciones son tantas que no sabemos por donde empezar!
Lo bueno de Internet (¿Lo bueno?) es que podemos leernos todos los diarios en un ratito y conseguimos material de sobra. Abro hoy “Minuto uno” y ahí nomás empiezan las ideas:
“Acusan a un político de utilizar fondos públicos en servicios sexuales gay". Podríamos buscar los argumentos que puso en su campaña electoral.
Lo mismo podríamos decir del episodio del alcalde de Nueva York cuya contradicción surge sin buscar argumentos, cuando leemos el título que sigue: “El escándalo vende: llegan las tazas y remeras dedicadas al gobernador neoyorkino.”
Y, queriendo encontrar más material, seguimos adelante:
“Barrabravas asaltan a los jugadores de su propio equipo de fútbol”
“La justicia le pone fin al pedido de dos hermanos para legalizar su amor. Son hermanos y tuvieron cuatro hijos”

Con “Crítica Digital”, también tenemos suerte:
“Daniel Peralta confirmará que los fondos de Santa Cruz siguen en Suiza”
“Funcionario de la dictadura tucumana asume en la corte”

Clarín y Página 12 son contradicciones en si mismos. Una, porque son competencia con el mismo propietario y otra porque se supone que el objeto de un diario es informar, pero se elude toda información importante.

Creo que las contradicciones expuestas son demasiado obvias. Mi obligación debería ser buscar contradicciones donde aparentemente no las hay. Tendré que ponerme a trabajar.

Bueno, leyendo lo escrito comprendo que no es una contradicción no haberlas publicado. Ahora lo puedo hacer porque da ternura verlas tan chiquititas, tan poco contradictorias con las que hoy están en boga…

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